Las cámaras réflex usan un conjunto de prismas y espejos para que la imagen que ves en el visor sea exactamente la misma que llega al objetivo: la luz pasa por el objetivo, llega al espejo, y a través de los prismas al visor. En el momento de hacer la foto, el espejo se levanta y deja pasar la luz hacia el sensor o la película.
Las compactas, en cambio, usan un visor independiente del objetivo: la luz que pasa por el objetivo llega directamente al sensor/película, por lo que el encuadre de la imagen que ves puede variar ligeramente con respecto a la que realmente estás fotografiando.
Si estas empezando, te recomendaría una compacta, que suelen ser mucho más baratas y más sencillas de manejar. En un par de años, si te pica el gusanillo de la fotografía, ya podrás elegir una réflex sabiendo mejor que es lo que quieres/necesitas.
Ahora hay compactas muy completas, si te decides por una, asegúrate de que tenga un modo de exposición manual, y una buena óptica.